INFECCIONES RESPIRATORIAS AGUDAS
Por Doctor: Mynor A. López Hernández
Las infecciones respiratorias agudas pueden clasificarse como leves, moderadas o graves dependiendo de la sintomatología, de la severidad y del área del sistema respiratorio que afectan. La mayor causa de estas infecciones es de origen viral y se da con mayor frecuencia en los niños menores de 5 años de edad (en promedio de 6 a 8 veces al año). También afecta en regiones de clima frío o cuando hay variaciones de clima. En ambientes contaminados por humo de industrias o de leña, o casas con piso de tierra donde el polvo es abundante. Además, padecen de estas infecciones los niños que nutricionalmente están con cierta deficiencia o que desde el nacimiento vienen con cierta predisposición genética a padecer de esta enfermedad. En su estado leve y moderado la enfermedad no pone en riesgo la vida del niño, pero si no se trata a tiempo y correctamente esta puede complicarse a grave y allí la vida del niño esta en riesgo.
LA INFECCIÓN RESPIRATORIA LEVE: se caracteriza por los siguientes síntomas: Tos, dolor de garganta o de oídos, secreción nasal, garganta roja y frecuencia respiratoria menor de 40 por minuto. Aquí se recomienda bajar la fiebre con lienzos de agua fría en la frente y abdomen y dar acetaminofen. Aumentar la cantidad de líquidos, seguir con las comidas de manera normal. Para la tos usar remedios caseros o expectorantes (guaifenesina, ambroxol bromexina), asociados a drenaje postural (palmadas en la espalda).
Para la congestión nasal aplicar agua con sal (solución salina normal) en cada fosa nasal. No se aconseja el uso de antibióticos, ya que como se dijo con anterioridad, en esta fase la causa principal es un virus y estos síntomas duran por lo regular de 2 a 3 días y se quitan solos. El uso de antibióticos aquí complica más aun la enfermedad y su uso indiscriminado predispone a resistencia bacteriana para procesos infecciosos posteriores. Además se sugiere no automedicarse, ya que los antibióticos deben ser calculados en base al peso del niño, de lo contrario pueden causar intoxicación y daño a órganos en particular.
LA INFECCIÓN RESPIRATORIA MODERADA: presenta los síntomas anteriores, solo que con mayor severidad, además de dolor de oídos y de garganta con secreción de pus. Aquí se recomienda el uso de antibióticos y otros medicamentos, pero estos deben de ser prescritos por personal medico. No tratar la infección en esta etapa puede predisponer a enfermedades posteriores, tales como meningitis, fiebre reumática, sinusitis, sordera crónica o complicarse a infección severa del sistema respiratorio.
LA INFECCIÓN RESPIRATORIA GRAVE: presenta todos los síntomas anteriores, mas la respiración rápida mayor de 40 por minuto, aleteo nasal (la nariz se estira cada vez que respira), tiraje intercostal (las costillas se levantas y se marcan con el esfuerzo al respirar), fiebre muy elevada que baja con antipiréticos pero que vuelve a subir rápidamente, hervor de pecho, periodos de apnea (sin respiración), escalofríos y tos severa. El niño se observa muy mal en su estado general, con mucho llanto y en situaciones mas complicadas con alteración del estado de conciencia. En situaciones como esta, valla directamente al medico o al hospital.
Para finalizar, se recomienda como prevención de esta infección la lactancia materna por lo menos por 24 meses. Cumplir con el esquema completo de vacunación. Tratar adecuadamente los casos leves y moderados para que no lleguen a severos. Evitar contaminaciones de polvo, humo, peluches, contacto con mascotas. Asegurar buena nutrición. Y si el médico considera necesario, utilizar vacunas preventivas, antiasmáticos y todo medicamento que cumpla con esta función.
